A woman stands between bookshelves with piles of books at a used bookstore.
 Una mujer hojea en una librería de segunda mano. Foto: pxfuel.

Qué es

La prevención de generación de residuos es un conjunto de estrategias para reducir la cantidad de residuos generados por los hogares y las industrias. Puede abarcar desde la donación de alimentos, el etiquetado y el descuento de alimentos próximos a la fecha de caducidad, hasta la educación y la concienciación.

Dónde se puede implementar

Comunidades de Sudamérica. En promedio, los habitantes urbanos de Sudamérica producen 1 kg de residuos sólidos por día, casi el 50% de ellos son residuos orgánicos. 

Cómo funciona

Los gobiernos pueden desarrollar una variedad de políticas públicas e iniciativas para promover la prevención de generación de residuos. Estos pueden incluir, pero no se limitan a:

  • Estrategias nacionales y municipales de prevención de residuos;
  • Campañas de concientización sobre la importancia de reducir el desperdicio de alimentos y formas de hacerlo, como la planificación de comidas y la compra de frutas y verduras magulladas;
  • Exenciones o reducciones de impuestos para empresas que donan alimentos sobrantes;
  • Incluir información sobre temas ambientales y relacionados con el cambio climático, incluida la reducción de desechos, en los planes de estudios escolares;
  • Tarifas de pago por uso para incentivar a los hogares y las empresas a minimizar el desperdicio;
  • Iniciativas para mejorar la gestión de los residuos.

Es importante que los gobiernos aborden el problema desde diferentes ángulos para permitir la reducción del desperdicio de alimentos, la reutilización de alimentos que no son aptos para los humanos y el reciclaje de alimentos, en ese orden.

An image with hands picking up bruised apples from the ground.
Las frutas y verduras magulladas y feas pueden desperdiciarse si no se venden en las tiendas de comestibles. A veces, no llegan allí. Foto: Andriy Blokhin - stock.adobe.com.

Estos principios se han aplicado en Argentina, donde cada año se desperdician 14,5 millones de toneladas de alimentos producidos en el país. La mayor parte de estos alimentos se desperdician antes de llegar al consumidor debido a la falta de demanda y la sobreproducción, o porque no cumplen con los estándares estéticos establecidos por las cadenas de supermercados. Los consumidores también desperdician alimentos: en promedio, los argentinos desechan 38 kg de alimentos al año.

Con el apoyo del Banco Mundial, tres municipios argentinos se propusieron reducir el desperdicio de alimentos siguiendo un enfoque jerárquico para la gestión de residuos: reducir, reutilizar y reciclar. Comenzaron mejorando la eficiencia en la cadena alimentaria y alineando mejor la producción con la demanda. A esto le siguió la devolución a la cadena de suministro de alimentos no consumidos que todavía eran aptos para el consumo. Los alimentos no aptos para humanos se utilizaban para la alimentación animal y, finalmente, los residuos de alimentos restantes se reciclaban mediante compostaje o la creación de biogás. 

Consideraciones de política pública

Leyes, políticas y regulaciones

Los gobiernos nacionales pueden desarrollar estrategias nacionales de reducción de desechos con objetivos de prevención y reutilización de desechos. Las estrategias deben promover una variedad de políticas, regulaciones, programas, incentivos y otras medidas relacionadas para alentar a los agricultores, empresas, consumidores y agencias gubernamentales a tomar medidas para alcanzar la meta de reducción.

En 2019, Colombia aprobó la Política Nacional contra la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos. La legislación estableció una jerarquía de pérdida y desperdicio de alimentos y un código fiscal para promover la reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos y la donación de alimentos. El gobierno encargó a un comité interinstitucional (CISAN) que desarrollara leyes e incentivos para educar y organizar a productores y consumidores sobre métodos efectivos para reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos.

Los gobiernos nacionales también pueden adoptar estrategias de economía circular que promuevan la reducción de desechos. Es posible que se requiera que los productos cumplan con ciertos estándares de durabilidad, reutilización, reparación y reciclaje. Los gobiernos nacionales también pueden adoptar políticas que faciliten a las personas reparar artículos rotos, en lugar de comprar otros nuevos. Por su parte, los municipios y gobiernos locales pueden realizar talleres de reparación donde las personas pueden reparar ropa y pertenencias rotas.

A nivel regional y municipal, los gobiernos pueden incorporar medidas de prevención de residuos en sus planes de gestión de residuos sólidos. También pueden educar al público y a las empresas sobre la reducción de desechos, además de ayudar a las los predios agrícolas y empresas alimentarias a reducir los desechos en sus cadenas de suministro. 

A street with a fruit stand with boxes piled with fruits.
Un puesto de frutas frescas en Montevideo, Uruguay. Foto: Danilo - adobe.stock.com. 

Comunicación and educación

Los gobiernos pueden ofrecer una variedad de programas educativos y actividades que promuevan la reutilización, la reducción y el reciclaje, como recorridos escolares, actividades para niños, ferias ambientales, ferias comerciales y centros comunitarios de reutilización. La concientización y la educación son fundamentales para generar apoyo público para las iniciativas de reducción de desechos. 

Consideraciones económicas

Los sistemas fiscales nacionales y los incentivos financieros pueden promover las actividades de reutilización. Los gobiernos nacionales pueden reducir el impuesto a las empresas que donan las sobras, y reducir el impuesto a los productos de segunda mano, y gravar los envases de un solo uso y la recolección de residuos.

Financiamiento

En muchos países de América Latina, los gobiernos municipales no cuentan con una metodología estándar para el seguimiento de los costos de gestión de residuos sólidos. La recopilación de datos sobre los desechos y los costos de gestión de desechos puede ayudar a los municipios a desarrollar iniciativas realistas e identificar fuentes de financiamiento e incentivos. Por ejemplo, los municipios pueden cobrar tarifas por depositar los desechos en vertederos, pero no por convertirlos en abono. Además, comprender los costos totales de recolección, tratamiento y disposición de los desechos puede ayudar a los gobiernos a introducir tarifas diferenciadas para los grandes generadores de desechos, o entre barrios ricos y pobres.

Los gobiernos también pueden obtener financiamiento para iniciativas de reducción de desechos de organizaciones internacionales sin fines de lucro y agencias de desarrollo que brindan financiamiento para iniciativas de economía circular o mitigación climática. 

Recursos

C40 Cities ha producido una guía de implementación sobre cómo las ciudades pueden reducir el desperdicio de alimentos en los hogares y las empresas.

El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente ha creado una guía para desbloquear las finanzas de la economía circular en América Latina y el Caribe.

La Coalición de Economía Circular para América Latina y el Caribe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente proporciona a los miembros recursos y oportunidades de financiación para soluciones de economía circular que pueden utilizar residuos.