La Pintana, Chile, una de las comunas más pobres del área metropolitana de Santiago, es un líder ambiental. Desde 2005, el municipio ha reducido los costos de la gestión de residuos y, al mismo tiempo, ha disminuido la pobreza y mejorado la infraestructura local a través de su iniciativa de compostaje. El proyecto ha sido reconocido en Chile e internacionalmente como una historia de éxito porque ha logrado tasas de compostaje mucho mayores que en el resto del país.

Reducir los costos de los vertederos

Cuando una ley nacional eximió al 90% de los hogares del pago de la recogida de basura y transfirió los costos al municipio, la municipalidad de La Pintana decidió buscar una forma de reducir los costos de los vertederos. Tras recopilar datos sobre la gestión de residuos, las autoridades llegaron a la conclusión de que recolectar y compostar los residuos vegetales sería la mejor manera de reducir los residuos que se envían al vertedero.

Un programa centrado en la comunidad

El programa Separación de Vegetales en su Origen de La Pintana se lanzó en diciembre de 2005. El municipio distribuyó contenedores de 35 litros a los hogares para almacenar frutas, verduras y residuos de jardín. También llevó a cabo una campaña de comunicación, que incluyó visitas puerta a puerta y talleres sobre la separación de fuentes. A cambio del compostaje, el municipio entrega abono gratis a los residentes. También usa el abono para un vivero que cultiva plantas para áreas públicas.

En la actualidad, el programa también recolecta aceite de cocina usado y lo convierte en biodiesel para los vehículos y equipos municipales, además de involucrar a voluntarios para recolectar colillas de cigarrillos usadas para convertirlas en mantillo (mulch). La iniciativa ha reunido a los miembros de la comunidad y ha mejorado su calidad de vida, ya que el municipio invierte los fondos ahorrados en espacios verdes. Ver la vegetación y los beneficios del abono ha alentado a más residentes a participar.

Inversiones bajas, altos rendimientos

La inversión inicial de La Pintana en la iniciativa fue relativamente baja. Su sistema de compostaje inicial se basaba en lombrices para convertir en abono una pequeña pila de residuos orgánicos. A medida que los residuos recolectados han aumentado, las instalaciones de compostaje han crecido para incluir una planta de tratamiento y un área de lombricultura. Además, el municipio reprogramó las rutas existentes para recolectar residuos orgánicos, evitando así el aumento de los costos de recolección de residuos.

En 2019, la iniciativa recolectaba la mitad de los residuos de alimentos de La Pintana para convertirlos en abono, muy por encima del promedio chileno del 0,8%. Al mismo tiempo, el municipio ahorra dinero en los costos de los vertederos y destina estos fondos a espacios verdes y otras infraestructuras públicas. La iniciativa le cuesta al municipio 9,3 millones de dólares al año, según un informe de la BBC de 2020; sin embargo, en 2022, La Pintana ahorró más de 100.000 dólares gracias a la iniciativa.